Examen A200: Todo lo que necesitas saber - Synlab

Examen A200: Todo lo que necesitas saber

Publicado por Synlab en 08 en agosto en 2024
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La mayoría de las respuestas adversas a los alimentos se deben a la sensibilidad alimentaria, una reacción del organismo a la ingesta de determinados alimentos, en la cual el organismo tiene dificultad o es incapaz de absorber ciertos nutrientes. Esto resulta en un malestar extremo que puede manifestarse con varios síntomas.

 

La prevalencia de la sensibilidad alimentaria en la población general se estima entre el 5-20% (1), pero debido a datos insuficientes o subdiagnosticados, la verdadera prevalencia sigue siendo desconocida.

 

La sensibilidad alimentaria mediada por IgG (reacción de hipersensibilidad tipo III) es una reacción inmune tardía asociada a diversos síntomas inespecíficos, como erupciones cutáneas, urticaria, asma, cólicos abdominales, diarrea, estreñimiento e incluso manifestaciones neurológicas como migrañas (2).

 

Entienda cómo diagnosticar la sensibilidad alimentaria

Diversos factores pueden alterar la permeabilidad intestinal o la funcionalidad del sistema inmune (como el estrés, infecciones, antibióticos o el uso excesivo de antiinflamatorios), aumentando la probabilidad de reacciones de sensibilidad alimentaria. La sensibilidad alimentaria mediada por IgG puede ser causada por el aumento de la permeabilidad intestinal, permitiendo que sustancias alimentarias tengan acceso a la circulación como antígenos, lo que lleva a la producción de IgG específica para proteínas alimentarias (1).

 

Aunque la sensibilidad alimentaria es común, el diagnóstico generalmente no es directo y requiere una comprensión de varios aspectos clínicos, incluyendo la gravedad y el momento de aparición de los síntomas. Debido a la sintomatología inespecífica, el hecho de no poder ser detectada en pruebas dérmicas y a la falta de una respuesta rápida de causa-efecto, las sensibilidades alimentarias son aún más difíciles de identificar (3).

 

La complejidad aumenta debido a los diversos mecanismos involucrados, que pueden variar desde reacciones farmacológicas (sustancias que alteran el metabolismo) hasta intolerancias alimentarias por deficiencias enzimáticas (como la absorción de lactosa) y disfunciones gastrointestinales inespecíficas.

 

No obstante, con los avances científicos, exámenes innovadores que permiten el análisis de los principales alimentos desencadenantes de estas reacciones inmunológicas están cada vez más accesibles en la vida de las personas. La identificación del perfil de sensibilidad a través de pruebas que evalúan los principales alimentos relacionados con este tipo de reacción (4), a partir de una simple muestra de suero, ha proporcionado una mejor orientación en la conducta clínica, ofreciendo mayores beneficios a los pacientes.

 

Entienda el Examen A200 de SYNLAB

En este contexto, el Grupo SYNLAB desarrolló el examen A200, que determina la presencia de anticuerpos IgG en el suero contra proteínas de más de 200 alimentos. Con una simple toma de sangre, es posible saber qué alimentos pueden ser potencialmente perjudiciales para tu salud.

 

El análisis se realiza con la tecnología inmunoblot y identifica anticuerpos IgG específicos contra las proteínas de estos alimentos (antígenos) directamente. De esta forma, eliminar esos alimentos que causan sensibilidad puede proporcionar una mejora notable en la calidad de vida en un alto porcentaje de pacientes.

 

El examen A200 consiste en la determinación de anticuerpos IgG en el suero frente a 216 proteínas de alimentos, como:

  • Verduras y hortalizas: Calabaza, Calabacín, Acelga, Apio, Alcachofa, Lechuga, Puerro, Espárrago, Papa, Batata, Berenjena, Remolacha, Brócoli, Canónigo, Cebolla, Zanahoria, Champiñón, Setas, Col, Repollo de Bruselas, Coliflor, Echalote, Achicoria, Espinaca, Nabo, Pepino, Morrón, Rábano, Repollo, Col Morada, Rúcula, Tomate y Chaucha;
  • Legumbres: Garbanzo, Arveja, Habas, Frijol blanco, Frijol rojo, Lenteja y Soja/Aceite de soja;
  • Productos lácteos y huevo: Beta lactoglobulina, Caseína, Clara de huevo, Leche/queso de búfala, Leche/queso de cabra, Leche/Queso de oveja, Leche/queso de vaca y Yema de huevo;
  • Pescados y mariscos: Almeja, Anchoa, Arenque, Atún, Bacalao, Besugo, Gamba/Camarón, Caracol, Cangrejo, Carpa, Caballa, Caviar, Dorado, Anguila, Langosta, Lenguado, Pez Navaja, Lucio, Calamar, Merluza, Mero, Mejillones, Ostras, Pez Espada, Platija, Percebes, Pulpo, Róbalo, Rodaballo, Salmón, Sardina, Sepia, Pez Globo, Trucha, Vieiras y Berberechos;
  • Carnes: Carne de avestruz, Carne de cabra, Carne de caballo, Carne de venado, Carne de codorniz, Carne de conejo, Carne de cordero, Carne de pollo, Carne de pato, Carne de perdiz, Carne de pavo, Carne de cerdo y Carne de ternera;
  • Frutas: Palta, Ananá, Algarroba, Ciruela, Mora, Mora negra, Arándano rojo, Aceituna/Aceite de oliva, Banana, Cereza, Coco, Damasco, Higo, Frambuesa, Grosella negra, Grosella roja, Kiwi, Naranja, Lichi, Lima, Limón, Manzana, Mango, Sandía, Melón, Arándano azul, Frutilla, Nectarina, Papaya, Pera, Durazno, Granada, Dátil, Mandarina, Toronja y Uva blanca/Uva negra;
  • Frutos secos: Almendra, Castaña de Cajú, Avellana, Maní, Castaña Portuguesa, Nuez, Castaña de Pará, Macadamia, Pasas de uva, Piñón y Pistacho;
  • Hierbas y especias: Azafrán, Regaliz, Alcaparra, Romero, Ajo, Anís, Aceite de cardo, Vainilla, Camomila, Aceite de canola, Té negro, Té verde, Cilantro, Comino, Clavo de olor, Curry, Eneldo (Aneto), Anís verde, Estragón, Hoja de parra, Gengibre, Baya de goji, Menta, Laurel, Mejorana, Albahaca, Mostaza, Nuez moscada, Orégano, Pimienta blanca/negra, Pimienta roja, Páprica, Perejil, Salvia, Semilla de cáñamo, Semilla de chía, Semilla de amapola y Tomillo;
  • Cereales y granos: Cebada (Hordeum vulgare), Arroz, Avena (Avena sativa), Cacao, Caña de azúcar, Cuscús, Centeno (Secale cereale), Trigo espelta (Triticum spelta), Gluten, Semilla de linaza (Linum usitatissimum), Maíz (Zea mays), Malta, Mijo (Panicum niliaceum), Quinoa (Chenopodium quinoa), Salvado de trigo, Girasol/Aceite de girasol, Semilla de sésamo (Sesamum indicum), Semilla de trigo duro (Triticum durum), Mandioca/tapioca (Manihot esculenta), Trigo (Triticum aestivum), Trigo sarraceno (Fagopyrum esculentum) y Amaranto (Amarantus);
  • Otros: Agar, Alga marina, Alga espirulina, Aloe vera, Café, Canela, Levadura de cerveza, Levadura de pan, Lúpulo, Miel, Cola/Nuez de cola y Ruibarbo.

 

¿Cuáles son las indicaciones para el Examen A200?

El examen A200 es una opción importante que se debe considerar ante cualquier manifestación clínica adversa sin diagnóstico, tales como:

  • Trastornos gastrointestinales: dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, hinchazón abdominal, náuseas, acidez, úlceras y aftas, gastritis, colitis;
  • Procesos dermatológicos: acné, eccema, psoriasis, picazón, urticaria;
  • Enfermedades neurológicas: dolor de cabeza, migraña, mareo, vértigo;
  • Alteraciones respiratorias: tos, bronquitis, asma, rinitis;
  • Condiciones psicológicas: ansiedad, depresión, fatiga, hiperactividad;
  • Trastornos musculoesqueléticos: dolor, rigidez, artritis, fibromialgia;
  • Otros: retención de líquidos y obesidad.

 

Debe considerarse que los síntomas son inespecíficos y pueden ser comunes a otros trastornos o patologías, por lo tanto, su manifestación no está necesariamente asociada a la sensibilidad alimentaria. Siempre es recomendable consultar a un especialista para la evaluación de los síntomas.

 

Examen A200: Técnica Altamente Sensible

A través de una simple recolección de sangre, el examen A200 realiza el análisis de IgG mediante la metodología de inmunoblot, una técnica altamente sensible capaz de detectar bajos niveles de IgG.

 

SYNLAB colaboró con una importante empresa de biotecnología en el desarrollo y aplicación para el análisis de hipersensibilidad alimentaria, permitiendo el análisis de más de 200 alimentos.

 

La evaluación de todos los alimentos se realiza por duplicado, garantizando una alta confiabilidad. Con los resultados obtenidos, es posible categorizar la sensibilidad alimentaria en 4 clases:

  • Alimentos permitidos: Alimentos que presentan reactividad nula y pueden ser consumidos de manera habitual;
  • Alimentos no recomendados: Alimentos que presentan reactividad baja y pueden presentar síntomas si se consumen en exceso o habitualmente. Para estos casos, se recomienda una dieta rotativa y masticar bien los alimentos para favorecer una descomposición mecánica de las proteínas;
  • Alimentos a evitar: Alimentos que presentan reactividad moderada y tienen alta probabilidad de causar síntomas si se consumen en exceso o habitualmente;
  • Alimentos no permitidos: Alimentos que presentan alta reactividad y tienen elevada probabilidad de causar síntomas si se consumen en exceso o habitualmente.

 

Para los alimentos que presentan reactividad moderada o alta en el examen A200, se recomienda excluirlos de la dieta por un período prolongado (al menos tres meses, siendo ideal seis meses).

 

La eliminación de estos alimentos de la dieta proporciona una mejora visible en aproximadamente el 75% de los casos. Después de al menos tres meses, los alimentos pueden reintroducirse gradualmente en la dieta.

 

El tiempo promedio para una dieta de exclusión debe ser de 4 a 8 semanas, ya que se espera que los síntomas mejoren durante este período. Si después de excluir un alimento por 3 o 4 semanas no hay mejoría, se recomienda reintroducirlo, ya que el malestar puede deberse a otras causas o patologías.

 

Después de la fase de eliminación, se debe intentar la introducción gradual de los alimentos evitados en la dieta (uno a la vez), observando la posible recurrencia de los síntomas (5).

 

La producción excesiva de anticuerpos IgG contra los alimentos puede deberse a diferentes causas: defectos del sistema inmunológico, infecciones virales o bacterianas, alimentación desequilibrada, alteraciones del microbioma intestinal, entre otras. Por lo tanto, el objetivo de esta dieta es mejorar los síntomas mientras se intenta resolver la causa que los origina.

 

Para evitar carencias específicas, es importante resaltar que el resultado del examen A200 debe ser evaluado por el médico solicitante, dentro del contexto clínico del paciente, garantizando recomendaciones y un plan alimentario adecuado e individualizado.

 

El examen A200 tiene como objetivo el análisis de sensibilidad alimentaria mediada por IgG. Sin embargo, otros tipos de intolerancias alimentarias provocadas por alteraciones genéticas o deficiencias enzimáticas no pueden ser detectadas por el examen A200. Al igual que las alergias alimentarias mediadas por IgE. Por lo tanto, el resultado del examen A200 no excluye la posibilidad de que el individuo presente alergia a los alimentos estudiados.

 

Examen A200: Todo lo que necesitas saber

 

Preguntas Frecuentes Sobre el Examen A200

¿Por qué realizar el examen A200?

La sensibilidad alimentaria es una reacción inmune tardía, mediada por IgG, que está asociada a diversos síntomas inespecíficos, desde erupciones cutáneas, urticarias, asma, cólicos abdominales, diarrea, estreñimiento e incluso manifestaciones neurológicas como migrañas. Identificar los alimentos que pueden llevar a estos síntomas permite ayudar al médico solicitante a establecer un plan alimentario adecuado para el paciente.

 

¿Mis resultados pueden ser afectados por medicamentos?

Ciertos medicamentos como glucocorticoides o anticuerpos monoclonales ejercen un efecto inmunosupresor, reduciendo la producción de cualquier tipo de IgG. Algunos estudios indican que estos efectos pueden durar hasta 6 meses después del fin del tratamiento. Si está siguiendo o recientemente se ha sometido a tratamiento inmunosupresor, no debe realizarse el examen. En caso de duda, consulte a su especialista.

 

Mis resultados indican una fuerte reacción a la leche de vaca y productos derivados. ¿Puedo consumir productos lácteos sin lactosa?

Los productos libres de lactosa están destinados a personas con intolerancia a la lactosa. El A200 no detecta intolerancias a los azúcares, incluida la lactosa, sino la sensibilidad a las proteínas presentes en los alimentos. Por lo tanto, si sus resultados muestran niveles elevados de IgG en comparación con las proteínas contenidas en la leche de vaca, debe evitar todos los productos derivados de la leche de vaca (incluidos aquellos que no contienen lactosa), ya que en este momento su cuerpo no los tolera bien.

 

Conoce aquí en nuestro blog los exámenes ofrecidos por SYNLAB para la intolerancia a la lactosa.

 

Fue diagnosticado con mala absorción por un test de aliento. ¿Por qué el A200 no muestra altas reactividades contra frutas y vegetales ricos en fructosa?

Una mala absorción de fructosa ocurre cuando este azúcar es insuficientemente absorbido en el intestino delgado durante el proceso de digestión.

 

En estos casos, la mayor parte de la fructosa llega al intestino grueso, induciendo malestar digestivo como diarrea o hinchazón. El sistema inmunológico reacciona contra proteínas (antígenos) y, por lo tanto, no está involucrado en este tipo de trastorno, lo que justifica que las reactividades del IgG contra productos ricos en fructosa no estén aumentadas.

 

Por lo tanto, si fue diagnosticado con intolerancia a la fructosa y ya sabe que ciertos alimentos de este tipo no le sientan bien, no los consuma independientemente del resultado obtenido con el A200.

 

¿Cómo se diferencia un test que detecta alergias alimentarias de los que detectan sensibilidades alimentarias?

Las alergias y sensibilidades alimentarias están mediadas por diferentes mecanismos que involucran diferentes tipos de anticuerpos. Los test de sangre alérgicos clásicos detectan anticuerpos IgE, mientras que aquellos con sensibilidad alimentaria como el A200 evalúan anticuerpos de la subclase IgG.

 

Por lo tanto, los resultados de un test de alergia y un test de sensibilidad no son comparables entre sí. Si ha sido diagnosticado con alergia alimentaria, es importante que continúe evitando el consumo de ese alimento, independientemente del resultado reflejado en el test.

 

¿Se puede realizar el examen A200 en niños?

Actualmente no hay directrices que estipulen una edad mínima para la realización de un test de sensibilidad alimentaria basado en IgG. Sin embargo, dado que el sistema inmunológico de los niños aún está en desarrollo, no recomendamos el uso del test en niños menores de 8 años de edad, a menos que sea prescrito por un especialista.

 

Soy celíaco y los resultados del A200 no muestran reactividad IgG contra alimentos que contienen gluten, ¿por qué?

Si es celíaco, seguramente ha eliminado completamente los alimentos que contienen gluten de su dieta desde el momento en que fue diagnosticado. Por lo tanto, la concentración de IgG en comparación con los alimentos con gluten probablemente será baja o indetectable y, en consecuencia, estos aparecerán como alimentos sin reactividad.

 

Mis resultados muestran una fuerte reactividad IgG a cereales o productos que contienen gluten, ¿significa que soy celíaco?

El examen A200 detecta anticuerpos IgG contra gluten. Sin embargo, los pacientes celíacos también producen varios tipos de anticuerpos que no son evaluados en este test y, por lo tanto, el A200 no puede y no debe ser utilizado para diagnosticar la enfermedad celíaca. Le aconsejamos que consulte a su médico en caso de sospecha de esta enfermedad.

 

Mis resultados muestran una fuerte reactividad IgG a alimentos ricos en gluten, ¿puedo consumir productos que especifican que “pueden contener trazas de gluten”?

Los pacientes celíacos producen varios tipos de anticuerpos que no son evaluados en este test y, por lo tanto, el A200 no puede y no debe ser utilizado para diagnosticar la enfermedad celíaca. Si sospecha que puede sufrir de enfermedad celíaca, se le aconseja que consulte a su médico.

 

Descubre qué pruebas de intolerancia al gluten ofrece SYNLAB.

 

He cambiado mi dieta, pero mis síntomas no mejoran ¿Por qué?

Hay una serie de razones potenciales por las cuales los cambios alimentarios pueden no inducir la mejoría. Los síntomas relacionados con la sensibilidad alimentaria no son específicos (hinchazón abdominal, gases, retención de líquidos, problemas dermatológicos…) y pueden ser comunes a otros procesos o patologías.

 

Es importante descartar que el malestar que presenta no se debe a una sensibilidad alimentaria, sino a una enfermedad que se presenta con una clínica similar. Si la sospecha persiste, le aconsejamos que consulte rápidamente a su médico.

 

Sin embargo, también puede ocurrir que esté consumiendo, sin saberlo, ciertos componentes alimentarios que desencadenan la hiperreactividad. Por ello, le aconsejamos que preste atención a las etiquetas de los alimentos e incluso a ciertos productos cosméticos o suplementos nutricionales, ya que todos ellos pueden contener algunos de estos componentes.

 

¿Puede mi microbioma intestinal influir en la sensibilidad alimentaria?

Aunque factores como defectos en el sistema inmunológico, infecciones virales o bacterianas, una dieta desequilibrada o genética, entre otros, pueden llevar a la sensibilidad alimentaria, el microbioma intestinal está ganando relevancia como factor clave en esta patología.

 

Un microbioma intestinal rico y equilibrado es capaz de inducir respuestas de tolerancia por el sistema inmunológico de la mucosa intestinal a diferentes agentes potencialmente perjudiciales, llevando a respuestas inmunes normales.

 

Sin embargo, un microbioma alterado no es capaz de mantener el equilibrio con la mucosa intestinal, llevando a alteraciones como interrupción de la permeabilidad intestinal y pérdida de tolerancia por el sistema inmunológico, entre otros. Este desequilibrio puede desencadenar respuestas inmunes inadecuadas a los componentes alimentarios que llevan a la sensibilidad alimentaria (6).

 

Comprenda la diferencia entre sensibilidad, intolerancia y alergia alimentaria.

La alergia alimentaria es una hipersensibilidad que desarrollamos a algunos alimentos, y que es mediada por las inmunoglobulinas de clase E (más conocidas como IgE) que desencadenan reacciones inmediatas (llamadas reacciones de hipersensibilidad tipo I) con posible afectación de la mucosa, piel, vías respiratorias, tracto intestinal y sistema vascular. La alergia alimentaria primaria se basa en la sensibilización (temprana) de IgE contra proteínas de animales (por ejemplo, leche de vaca, huevos de gallina) o proteínas vegetales (por ejemplo, maní, avellana o trigo). En el caso de alergias alimentarias secundarias, la IgE contra proteínas de polen (por ejemplo, abedul) reacciona a proteínas alimentarias estructuralmente relacionadas (con reacciones cruzadas a frutos de carozo, por ejemplo).

 

La alergia alimentaria ocurre cuando el organismo busca defenderse contra la entrada de ciertos alimentos, incluso en pequeñas cantidades. Al identificarlos como un cuerpo extraño, el organismo produce anticuerpos para su defensa.

 

Las alergias alimentarias normalmente aparecen cuando el paciente aún es muy joven. La sensibilidad, sin embargo, puede aparecer en cualquier momento a partir de la dificultad de digestión de un determinado alimento, siendo más frecuentes conforme envejecemos. Esto ocurre porque la digestión se vuelve más lenta, ya que disminuimos la producción de enzimas utilizadas en la descomposición de los alimentos.

 

Con la dificultad en el proceso de absorción de algunos nutrientes, el organismo retiene la sustancia, que se acumula en el estómago, y esto puede ocasionar malestares como cólicos, migrañas, obesidad, mareos, náuseas, psoriasis, diarrea, arritmia, estreñimiento, aftas, fatiga, conjuntivitis, entre otros.

 

Si existe un cuadro de sensibilidad, el examen de análisis de IgG mostrará una alteración significativa. La alergia, por otro lado, se identifica cuando el médico analiza los resultados del examen IgE.

 

Sobre el Grupo SYNLAB

La realización de exámenes precisos y actualizados es esencial para diagnósticos más certeros y para el mejor direccionamiento de los tratamientos. Y SYNLAB está aquí para ayudarte.

 

Ofrecemos soluciones diagnósticas con estricto control de calidad a las empresas, pacientes y médicos a quienes servimos. Llevamos más de 10 años en Brasil, operamos en 36 países y tres continentes, y somos líderes en la prestación de servicios en Europa.

 

Ponte en contacto con el equipo de SYNLAB y conoce los exámenes disponibles.

 

Referencias Bibliográficas

1) Beyer K, Teuber SS. Food allergy diagnostics: scientific and unproven procedures. Curr Opin Allergy Clin Immunol. 2005 Jun;5(3):261-6.

 

2) Zhao Z, Jin H, Yin Y, Hou Y, Wang J, Tang C, Fu J. Association of Migraine with Its Comorbidities and Food Specific Immunoglobulin G Antibodies and Inflammatory Cytokines: Cross-Sectional Clinical Research. J Pain Res. 2021; 14:2359-2368.

 

3) Wu M, Wang X, Sun L, Chen Z. Associations between food-specific IgG and health outcomes in na asymptomatic physical examination cohort. Nutr Metab (Lond). 2022; 19(1):22.

 

4) Cai C, Shen J, Zhao D, Qiao Y, Xu A, Jin S, Ran Z, Zheng Q. Serological investigation of food specific immunoglobulin G antibodies in patients with inflammatory bowel diseases. PLoS One. 2014;9(11): e112154.

 

5) Ostrowska L, Wasiluk D, Lieners CFJ, Gałęcka M, Bartnicka A, Tveiten D. Igg Food Antibody Guided Elimination-Rotation Diet Was More Effective than FODMAP Diet and Control Diet in the Treatment of Women with Mixed IBS-Results from an Open Label Study. J Clin Med. 2021;10(19):4317.

 

6) Caminero A, Meisel M, Jabri B, Verdu EF. Mechanisms by which gut microorganisms influence food sensitivities. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2019 Jan;16(1):7-18.

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